En estos ocho relatos no existen los héroes. El universo es el mismo: vidas fracturadas, niños disfrazados de adultos que agonizan en un sistema que ya los olvidó. Las carencias, la soledad, el fracaso, la incertidumbre y el temor a seguir viviendo, obligan a estos personajes a transitar en el límite de lo moralmente establecido como correcto. Una mujer que perdió a uno de sus mellizos; dos parejas amigas se reencuentran diez años después y un secreto que desconocen; un punk adolescente sortea cómo ganarse la vida; un joven abogado atrapado en un trascendental caso; un acosador de redes sociales; un taxista enfrenta su pasado; dos amigas que deciden lanzarse al vacío; un niño que sueña ser un beat box. Todos ellos conectados en un Santiago urbano y violento que les prohíbe sufrir. Y mucho menos, llorar.