En enero de 1818, a la edad de 19 años, Mary Shelley publicó Frankenstein; o, El Prometeo moderno. Su primera novela publicada, resultaría ser una de las más icónicas jamás escritas, un clásico del período romántico y la forma gótica.
Dada la popularidad inmediata y duradera de su primera novela, se podría esperar que su siguiente novela completa —Mathilda, compuesta en la segunda mitad de 1819— fuera recibida con entusiasmo por los lectores. Después de todo, los dos textos comparten muchas características además de la autoría y la contemporaneidad: tanto el Monstruo como Mathilda han sido abandonados al nacer y están (por decirlo suavemente) demasiado preocupados por sus padres, metafórica y literalmente; ambas novelas contribuyen a la forma gótica a través de temas de incesto, locura, tendencias suicidas, monstruosidad y aislamiento; y ambos cuentos son epistolares. Sin embargo, la recepción de Mathilda fue frustrada desde el principio por tocar temas como el incesto y el suicidio. No se publicó hasta 1959, 140 años después de que Shelley lo escribiera.