En esta nueva novela José Miguel Martínez retoma donde los dejó en Tríptico de Granola, su anterior obra, al Gordo Granola y al detective Bernales. Entre lo sucedido, lo onírico, lo imaginado, lo deseado, lo reconstruido, Martínez muestra una solvencia escritural que está a la altura de la ambición de este arco narrativo que va y viene de los distintos posibles presentes a los distintos posibles pasados, teñido de un lenguaje poético que encierra una profunda compasión.