En estas memorias líricas y absorbentes, el hijo de un africano negro y una estadounidense blanca busca un significado viable a su vida como negro afroamericano. Comienzan en Nueva York, donde Barack Obama se entera de que su padre -al que conoce más como mito que como hombre- ha fallecido en un accidente automovilístico. La inesperada noticia provoca en él un viaje físico y emocional que le lleva de Kansas a Hawai y más tarde a Kenia, en una emotiva odisea que le permitirá conocer realmente a su familia, la amarga verdad de la vida de su padre, y conciliar al fin las distintas partes de su fragmentada herencia.