Las casas de los rusos, considerado por muchos uno de los más destacados autores ingleses de literatura fantástica de la segunda mitad del siglo XX, el londinense Robert Aickman siempre sostuvo que no escribía cuentos de terror, sino «historias de lo extraño» ?así le gustaba definirlas?, relatos que tienen la rara virtud de sumergirnos en una tensa e inquietante atmósfera. Esta nueva entrega de su obra vuelve a constatar, como Cuentos de lo extraño (Atalanta, n.º 53), su gran talento para lo fantástico narrativo. «Aickman es un escritor refinado, inteligente, sensible y culto, y en sus páginas resuenan los ecos de muchas lecturas, cuya variedad podemos rastrear por las referencias halladas en el texto: Renan (un autor hoy olvidado), Arthur Machen, Céline, Daudet, Strindberg? pero también Walter de la Mare, Algernon Blackwood, M. R. James [?]. »En el extenso artículo dedicado a Aickman en The Encyclopedia of Fantasy de John Clute y John Grant, leemos que en las historias de nuestro autor los personajes ?no son capaces de entender al fantasma con el que se enfrentan debido a que dicho fantasma [?] es una manifestación, un retrato psíquico, de su incapacidad para comprender sus propias vidas?. No se puede decir mejor, ni con más elegancia.» Andrés Ibáñez «En sus mejores momentos, fue el escritor de relatos de terror más profundo que ha dado el siglo.» Peter Straub «Nadie mejor para ponernos los pelos de punta que Robert Aickman. Sin embargo, no se sirve de ningún efecto espectacular, ni de excesos en el estilo o la emoción [?]. Algunas de sus historias están, sin duda, más próximas a Kafka que a Mrs. Radcliffe.» T. J. Binyon, T. L. S., 23-12-1977 Según relata en su autobiografía, The Attempted Rescue, Robert Fordyce Aickman (1914-1981) tuvo una infancia difícil, minada por las extravagancias de su padre, el arquitecto William Arthur Aickman, y por los constantes altercados de éste con su esposa, treinta y dos años más joven, Mabel Violet, hija del prolífico escritor victoriano Richard Marsh (autor de una novela que rivalizó en popularidad con el Drácula de Bram Stoker). Aickman fue un enérgico defensor del medio ambiente, fundó una asociación fluvial y escribió dos tratados sobre el tema. Cultivó el teatro, la novela y la crítica de ópera, aunque será siempre recordado por su cincuentena de relatos, que reunió en distintas colecciones: We Are for the Dark. Six Ghost Stories (1951), Dark Entries (1964), Powers of Darkness (1966), Sub Rosa: Strange Tales (1968), Cold Hand in Mine: Eight Strange Stories (1975), Tales of Love and Death (1977) e Intrusions. Strange Tales (1980).