Aquí están Las aventuras del barón de Münchhausen, célebres desde hace dos siglos, las que cada generación devora con pasión y sorpresa, sin agotarlas jamás. Las populares hazañas aquí contenidas están basadas en los episodios vividos por un militar alemán que sirvió en el ejército ruso hasta 1750, participando en dos campañas contra los turcos.
A su retorno a casa narró sus historias bélicas de una manera increíble, maravillosa, absurda, cómica y exagerada. Sus proezas incluyen cabalgar sobre una bala de cañón, viajar a la luna, salir de un pantano tirando de su propio cabello y luchar contra seres marítimos fantásticos. Una novela contra toda lógica y racionalidad, que es el valor más apreciado de la fi cción y que retoma, una vez más, nuestra ancestral necesidad de, reunidos al fuego, escuchar al miembro más sabio de la tribu —aunque en este caso al más embustero— contar las historias que le dan sentido a nuestra vida individual y social. Cierto que no se llega a creer una palabra de las narraciones del barón de Münchhausen; pero apenas se han leído dos o tres de sus aventuras, se deja uno llevar del candor o naturalidad de su estilo, que no sería diferente si tuviera que referir el autor una historia verdadera. Las invenciones más extravagantes y monstruosas toman cierto aire de verosimilitud, expuestas con esa tranquilidad ingenua y esa perfecta calma. La íntima conexión de esas mentiras, que se encadenan tan naturalmente unas con otras, acaba por destruir en el lector el sentimiento de la realidad, y la armonía de lo falso se lleva tan adelante, que produce una ilusión relativa, semejante a la que hacen sentir los viajes de Gulliver a Lilliput y a Brobdingnag».