eferente indiscutible de la ciencia ficción y de la novela de aventuras,
el frances Jules Verne compaginó, como ningún otro escritor del siglo
XIX, unos conocimientos geográficos enciclopedicos con un optimismo
desbordante sobre las posibilidades de la ciencia. En 1873, el Imperio
británico abarcaba medio mundo y los avances tecnológicos hacían posible
que un millonario como Phileas Fogg, uno de los grandes personajes de
Verne, diera la vuelta al mundo en ochenta días valiéndose de todos los
medios de transporte imaginables. Exotismo, persecuciones, erudición y
una ingeniosa vuelta de tuerca final se unen en un clásico imperecedero
de la novela de aventuras que sigue maravillando más de un siglo después
de su publicación.