Hace pocos años, el destacado profesor de Filosofía José Santos-Herceg publicó un breve, pero provocador artículo en el que abordaba el empobrecimiento, declive y control de las diversas tradiciones escriturales de la comunicación científica —como los tratados o los libros— a manos del superabundante y efímero paper. Su trabajo venía a dar claridad no solo sobre algunos efectos nocivos que este tipo de expresión discursiva comporta para la ciencia —particularmente para las humanidades y las ciencias sociales—, sino también ponía en cuestión a gran parte de la institucionalidad universitaria que terciariza la criba, evaluación y diseminación del conocimiento a través de empresas parasitarias que convierten estos saberes en mercancías cognitivas, normalizando y desactivando el potencial emancipador de la ciencia y del propio trabajo intelectual.
En el presente ensayo, el autor profundiza, actualiza y extiende su artículo original para abordar otras aristas políticas y epistemológicas que el monopolio del paper, como género discursivo, ha traído a nuestro presente. Para Ediciones UACh, el trabajo de Santos-Herceg constituye un lúcido e incisivo punto de partida para problematizar las modalidades y los poliédricos efectos que la escritura y las publicaciones científicas tienen tanto para el ecosistema académico como para el conjunto de la sociedad.