La misteriosa Helen Graham se instala con su hijo en la mansión de
Wildfell Hall y desencadena todo tipo de rumores entre sus vecinos. Tras
liberarse de un esposo alcohólico y pendenciero, Helen se enfrenta
ahora a una sociedad opresora, pero sale adelante gracias a su buen
juicio y su sentido del deber. La búsqueda de la felicidad y de la
justicia por parte de su protagonista convierte La inquilina de Wildfell
Hall, la segunda (y última) novela de Anne, la menor de las hermanas
Brontë, en un lúcido retrato de las miserias humanas, una hermosa novela
de amor, un canto a la redención y un ilustre precedente de la
literatura feminista.