Antonio Gramsci, el pensador sardo, militante del PCI y blanco predilecto del fascismo italiano, que lo encarceló con la intención de acallarlo, hizo uso de la escritura como un medio de supervivencia. Su obra es infinita. Y lo es debido a las múltiples maneras de organización que permite. Ésta alcanza su grado máximo de desarrollo en la cárcel de Mussolini con los famosos Quaderni del carcere. Sin embargo, ya a principios del siglo XX existen manifestaciones de la fuerza de voluntad y entendimiento de la Italia de la resistencia en artículos del Avanti! o el Grido del Popolo, por ejemplo, recogidos en los Scrittigiovanili (1914-1918). Presentamos de manera orgánica, por primera vez en español, la traducción de los mismos en tres tomos que recogen una selección del pensamiento político del joven Gramsci tal como fue expresado en las Crónicas de Turín, La ciudad futura e Il nostro Marx.