Este libro, concebido como un examen crítico del desarrollo de la teoría sociológica y en particular de sus elementos ideológicos, parte de un análisis de los principios fundamentales del Iluminismo y de la obra de sus dos grandes expositores: Montesquieu y Rousseau, para describir luego las etapas de la denominada «reacción romántico-conservadora». Tras la síntesis histórica de Hegel, tanto Bonald y Maistre como Saint-Simon anticiparon, en su enfrentamiento con los iluministas, la creación formal de una nueva ciencia, a la que Comte bautizó con el nombre de «sociología». Marx se presenta como el paso lógico siguiente. Su contribución al pensamiento sociológico es, según Zeitlin, una de las más importantes de fines del siglo XIX, y el «debate con su fantasma» dejó una huella indeleble. Las teorías de pensadores como Weber, Pareto, Mosca, Michels, Durkheim y Mannheim se examinan principalmente en relación con el pensamiento de aquel. Al tiempo que brinda una crítica elaborada del pensamiento social de Marx, este enfoque indica la medida en que los supuestos, los conceptos y las teorías del pensamiento posterior se formaron en el debate con el marxismo y pone de relieve los aspectos polémicos y los elementos ideológicos de la teoría sociológica clásica.