Primera obra de María Zambrano,Horizonte del liberalismo (1929) está marcado por el aire de los revueltos tiempos -en Europa, en España, en la propia vida de la autora- en que fue gestado, así como por la impronta de su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Escrito con «un sentimiento de angustia por las circunstancias del país», en ella Zambrano plantea las perspectivas del liberalismo en España en tan delicado momento. Con todo, el valor de la obra reside no sólo en lo que pueda tener como testimonio de un momento histórico, sino en las preguntas que en ella se plantean, vigentes hoy como entonces (¿Puede haber una política que reconcilie la economía con la cultura -entendida como humanismo-?), y en el hecho de que, con su primera denuncia de la perversión de la relación del hombre con el mundo, falseada y deformada por el racionalismo positivista, contiene ya el embrión de la filosofía que habría de desarrollar en años posteriores, así como de su razón poética.