La novela trata de la desmesura que constituye el salirse repentinamente de la sociedad de control, de los dispositivos, las máquinas y la conectividad permanente. Al romper ese círculo esclavizante que lo rodea, Philip, el protagonista se lanza a la experiencia transformadora de la deriva. Todo comienza una tarde, en el centro de Zúrich, cuando Philip, un un agente inmobiliario de cuarenta y tantos años, luego de desencontrarse con un cliente se siente atraído por una mujer que pasa entre la muchedumbre y comienza a seguirla. Así, se entrega espontáneamente en un juego clandestino que se tomará obsesión: comienza a seguir a la joven mujer durante un recorrido muy inquietante que durará treinta y seis horas. En un mundo en el que el futuro está en cuestión, en el que se ha perdido la confianza en la propia libertad y las personas están atadas a sus teléfonos inteligentes, Philip comienza un itinerario por la ciudad y sus alrededores, que abren en él una renovada percepción y un espacio a variadas reflexiones sobre la sociedad actual. Tras los pasos de esa luminosa aparición, experimentará la dicha perdida. El periplo se vuelve cruel, y absurdamente cómico a la vez, a medida que se desvanecen las certezas. El ritmo es el de una vertiginosa cuenta regresiva marcada por la descarga inexorable de la batería de su teléfono móvil.