La estación Finlandia fue uno de los lugares por los que pasó Lenin en su viaje de regreso a Rusia para dirigir la revolución. Un viaje que sirve de punto de partida para este libro, un recorrido por la historia de las ideas socialistas, que, en palabras de Vargas Llosa, «se lee como una ficción por la destreza y la imaginación con que está escrito, y la originalidad y la fuerza compulsiva de los caracteres que figuran en él -Renan, Taine, Babeuf, Saint-Simon, Fourier, Owen, Marx y Engels, Bakunin, Lassalle, Lenin y Trotski-, que, gracias al poder de síntesis y la prosa de Wilson, se graban en la memoria del lector como los personajes de Los hermanos Karamázov o Guerra y paz». El resultado es un inolvidable ensayo que reivindica que la historia no es un proceso cerrado ni predeterminado, que el cambio siempre es posible y que los sueños, impulsados por grandes ideas, pueden hacerse realidad.