En El velo alzado hay un narrador que descubre algo anormal; en su caso, la habilidad para leer el futuro y también los pensamientos ajenos. Aunque claro: lo que al principio puede ser una maravilla, luego se vuelve una pesadilla. Eliot parece decirnos, en esta novelita, que necesitamos un velo para poder interactuar con los demás; de otra forma, todos seríamos como Latimer, a quien le repugna lo que ve en las mentes ajenas. (…) «Podía ver todo esto a través de una visión microscópica, una que mostraba todas las frivolidades intermediadas, todos los egoísmos oprimidos, las memorias vagamente caprichosas, y los pensamientos artificiales e indolentes. (…)». En las páginas de la novela El velo alzado se exploran la percepción extrasensorial, la esencia de la vida física, la vida después de la muerte y el poder del destino.
«Eliot fue una de las primeras novelistas en descubrir que hombres y mujeres piensan y también sienten, y ese descubrimiento fue un gran acierto literario. En breve, su legado significó que la novela dejará solamente de ser una historia de amor, una autobiografía, o una historia de aventuras». Virginia Woolf
George Eliot fue el seudónimo de Mary Ann Evans una célebre novelistas inglesa del siglo XIX. Sus novelas —la más famosa Middlemarch— se destacan por su realismo y su perspicacia psicológica. Mary Ann Evans nació el 22 de noviembre 1819 en el distrito rural de Warwickshire. Y ha publicado Adam Bede (1859), El hermano Jacob (1859), Silas Marner (1861) y Romola (1863), El velo alzado (1864), Félix Holt (1866) y Middlemarch (1871).