La danza siempre fue una pasión que acompañó a Campbell a lo largo de los años. Tras su primera vivencia de joven en la Escuela de Verano de Bennington en la que tuvo la impresión de estar contemplando una epifanía de la humanidad del futuro , pudo seguir cultivándola de cerca gracias a su mujer, Jean Erdman, destacada figura de la danza contemporánea norteamericana. Con ella fundó en 1972 el Open Eye Theater, donde ambos fueron desplegando durante quince años un amplio y exitoso programa de baile y teatro mitopoéticos, ilustrado los fines de semana por las iluminadoras conferencias que pronunciaba él mismo sobre las representaciones escénicas que allí tenían lugar.