En cierta ocasión, el doctor Heidegger, un hombre muy peculiar, invitó a cuatro distinguidos amigos a reunirse con él en su estudio. Se trataba de tres caballeros de barba y cabellos grises: el señor Medbourne, el coronel Killigrew y el señor Gascoigne, y de una marchita dama, la viuda Wycherly. Eran todos ellos personas de edad avanzada, que habían padecido infortunios y cuya mayor desgracia consistía en mantenerse aún con vida. (..)Así comienza el relato que da título a este volumen, primero de una serie de cuentos en los que su autor, Natahiel Hawthorne, con un estilo sutil y elegante, se adentra en los misteriosos abismos del alma humana y disecciona sus secretas y enigmáticas motivaciones. ¿Que es lo que hace que resulten tan novedosos los cuentos de Hawthorne? Pues que poseen la fuerza de las tinieblas, ese poder que deriva del sentido calvinista de la depravación innata y del pecado original. Herman MelvilleNathaniel Hawthorne nació el 4 de julio de 1804, en Salem (Massachussets) en el seno de una familia puritana. Murió 60 años después en New Hampshire, mientras se encontraba de viaje con su amigo, el escritor Franklin Pierce (que había sido presidente de los Estados Unidos). Se vio obligado, por necesidad, a ejercer diversos oficios: granjero, empleado público en Boston, cónsul en Liverpool... Pero fue, fundamentalmente, un extraordinario escritor. La crítica reconoce de manera unánime que Nathaniel Hawthorne cimentó la gran literatura norteamericana contemporánea, junto a Herman Melville y Edgar Allan Poe. Todos ellos pueden ser encuadrados dentro de la corriente del Romanticismo oscuro. Hawthorne es conocido y reconocido tanto por sus relatos breves como por sus cuatros novelas: La letra escarlata (1850), tal vez su obra más conocida por su excelente adaptación cinematográfica, La casa de los siete tejados (1851), La novela de Blithedale (1852) y El fauno de mármol (1860).