Fausto cree que todo le pertenece. Ante una flor, una montaña, un lago y un bosque afirma: Eres mío, y cuando se le contradice, patea el piso y cierra los puños enfurecido. Como nunca es suficiente para él, un día se embarca para proclamar que es dueño del mar. Con una sorprendente ilustración y un poderoso texto, Oliver Jeffers crea una conmovedora fábula moderna acerca de la codicia e invita al lector a reevaluar la relación entre la humanidad y la naturaleza.