Durante más de diez años, Josefina Delgado, escritora y gestora cultural argentina, y José Donoso, máximo exponente chileno del boom latinoamericano, mantuvieron una amistad que se deslizó a lado y lado de la cordillera.
A partir de 1985, en ferias del libro, celebraciones de cumpleaños o simples visitas, decidieron registrar unas conversaciones que corroboraran el vínculo entre la vida y la escritura y que pasando por la infancia, recuerdos, familia, viajes, personas fueran llegando al verdadero tema: la peculiar concepción que Donoso tenía del trabajo literario.
En estos diálogos, a los que se agregan cartas y diversas anotaciones de Pepita como él la llamaba cariñosamente y que, en su honor, da nombre a uno de los personajes del cuento «Taratuta», se refleja el esfuerzo por romper un destino marcado, la búsqueda que da lugar a resultados imprevistos, la relación con el lenguaje y una reflexión crítica que no anula la imaginación.
En palabras de Delgado, este libro dibuja «la figura de un verdadero escritor, el que nunca tiene las respuestas listas [ ] un hombre capaz de mirarse con absoluta honestidad, a veces cruelmente», y busca aproximarse a la verdad del autor, que «no está en ningún lugar que importe, salvo en sus libros».