Encuadernación: RústicaEste libro no es una nota de suicidio. En 2007, Edouard Levé se suicidó en su apartamento diez días después de entregar el manuscrito de Suicidio a su editor. Tenía cuarenta y dos años de edad. Jean Améry ingirió una sobredosis de somníferos dos años después de publicar en 1976 Levantar la mano sobre uno mismo. Discurso sobre la muerte voluntaria. Tenía sesenta y cinco años. En 1960, dieciocho años después de plantear y (eso pensaba) resolver la cuestión del suicidio en El mito de Sísifo, Albert Camus se mató en un accidente de coche. Se le atribuye haber dicho que morir en un accidente de tráfico es la más absurda de las muertes. El hecho de que llevara un billete de tren sin validar en el bolsillo no hace sino agravar la absurdidad de su desaparición. Tenía cuarenta y seis años. Así arranca Apuntes sobre el suicidio, un ensayo inteligente, provocador y a su vez de una sensibilidad extraordinaria. Simon Critchley repasa en estas reflexiones sobre el suicidio diferentes fuentes —desde el recuento histórico de suicidas célebres al análisis textual de numerosas notas de suicidio— para llegar al fondo del asunto que le interesa: qué significa estar en posesión del regalo de la vida y en qué consiste la maldición de poder elegir libremente entre vivirla o, por el contrario, optar por la muerte.«Critchley nos recuerda que nuestras respuestas al enigma del suicidio están distorsionadas por la rabia, los prejuicios y la incapacidad de articular razonamientos. Opina que deberíamos dejar de buscar el gran significado de la vida y, en su lugar, atesorar los pequeños milagros de cada día, como cerillas encendidas en plena oscuridad. Y que deberíamos hablar del suicidio sin vergüenza ni mojigatería. Este libro es una buena manera de empezar.» The Independent