Definitivamente, en estas páginas, Nana –como mujer, madre y terapeuta– nos brinda un secreto dorado. Al dejarnos llevar por sus relatos, sabremos que si aprendemos a apreciar nuestro niño salvaje –aquel que habita, bailando, cantando, riendo o llorando, en las corrientes invisibles de la existencia–, podremos exorcizar todos los males. La alquimia de su mirada interior, presente en sus MEMORIAS, hecha de asombro lúcido, solidaridad amorosa, belleza y libertad, nos cuenta esto en cada palabra. Graciela Cohen Directora del Centro Gestáltico Luz de Luna Buenos Aires