El Hombre Y Sus Obras

En todo antropólogo hay un auténtico humanista, en el significado original y amplio del vocablo. Un ejemplo de ello es este admirable libro de Melville J. Herskovits. En él se nos muestra al hombre, tan enriquecido de capacidades esenciales que se ha olvidado de su modesto origen, adaptado a los más dispares ambientes. Con su doble dotación, congénita y adquirida, en las unidades comunales es a la vez receptor del caudal legado y creador.El autor centra su obra en el estudio de la cultura: su naturaleza y estructuración, los materiales que la integran, sus aspectos y su dinámica y con brillantez nos muestra el vasto panorama de culturas sencillas y complejas, antiguas y modernas, en el que se aclaran cuestiones palpitantes de génesis y procesos culturales, como la prioridad del realismo o el convencionalismo en el arte, o la actitud conservadora o propicia al cambio. Las diversas culturas se revelan en las fuentes de donde surgieron o al examinarlas en ambientes menos complejos que el nuestro. Pero el máximo valor de este estudio radica en que, del análisis de las culturas y de los procesos pasados y actuales, brotan, inducidas, lo que podríamos llamar constantes culturales, existentes por encima de tiempo y lugar, que se nos aparecen con sustantividad propia.Herskovits, a quien sus trabajos acerca del cruce racial de los negros norteamericanos y de las culturas negras del África le dieron consagración mundial, no olvida la sistematización de su doctrina, la exposición de las teorías antropológicas adscritas a sendas escuelas, los métodos de trabajo, tanto teóricos como de campo, los criterios clasificatorios y, en cada caso, con ecuanimidad y cautela, sabe sopesar los términos y juzgarlos con crítica rigurosa positiva.No posee